Publicado el 28 de marzo de 2022

COLORISTA AUDIOVISUAL AL ESTILO PUNK

COLOSITA AUDIOVISUAL

Lo primero de todo, ¿qué es un colorista audiovisual?, una definición muy punky.

Hombre pues a ver, si has llegado hasta aquí algo te imaginas. Puede que te suenen conceptos como etalonaje, árbol de nodos, calibrado, look… Pero no termines de perfilar exactamente en qué consiste nuestro trabajo en Gradepunk. ¿Qué somos los cinco locos que trabajamos aquí? ¿De qué manera aportamos nuestro granito de arena a la postproducción audiovisual?

Si, por casualidad te has preguntado alguna vez estas cuestiones. Este es tu post. Donde intentaremos acercarte a nuestro mundo de artistas invisibles, entre la técnica y el amor por el cine, que tanto nos caracteriza en este ecosistema marino donde nadamos junto con otros tantos profesionales de la postproducción cinematográfica.

Por ello, ¿nos sumergimos?

Un colorista en definitiva, no es más que un experto en la manipulación de los colores y el aspecto general de una imagen en un proyecto audiovisual. Su tarea, a grosso modo, consiste en mejorar y corregir el color, el contraste, la exposición, así como otros elementos visuales para realzar los brutos de cámara que le llegan desde el rodaje. Es cuando hablamos de hacer el «look» de una película o serie.

Trabajando en estrecha colaboración con distintos departamentos dentro de la producción, como coloristas, utilizamos distintas herramientas especializadas para asegurarnos de que cada toma tenga una apariencia coherente y esté en sintonía con la visión creativa del proyecto. Con esto nos referimos a que no solo cuenta el crear un look para una determinada pieza audiovisual, sino que este look ha de estar igualado con el resto del metraje y en coherencia con la linealidad temporal del proyecto audiovisual.

Todo esto suena muy bonito, ¿verdad? pero no os olvideis nunca de una cosa, que por mucho que os guste a vosotros, ¡al que le tiene que gustar es a quien os paga!

Conocimientos y herramientas básicas del colorista.

Partiendo de la base de que los coloristas somos personas con aptitudes y conocimientos estéticos de la imagen y del mundo cinematográfico en si (y sino los tienes ponte las pilas ya); también requiere que poseamos una sólida comprensión técnica de los distintos espacios de color y teoría en general de la ciencia del color.

Para poner en marcha todos estos conocimientos en Gradepunk utilizamos uno de los softwares más populares en la industria como es DaVinci Resolve, que nos ofrece una amplia gama de herramientas y vfx para la corrección de color siendo el software mas utilizado en nuestro estudio.

Este software se ha popularizado especialmente porque permite ajustar parámetros de color de forma precisa y detallada, así como realizar múltiples funciones anexas al color que también entran dentro de las responsabilidades del colorista como son el conformado, las conversiones de espacios de color, creación de dailies, etc… Dentro de sus muchísimas funciones, DaVinci nos ofrece herramientas para el ajuste selectivo de colores, el uso de curvas y la creación de looks personalizados y un sinfín de posibilidades más que lo que nos permite a los coloristas es poder crear lo que queramos con una apariencia única para cada proyecto.

Solemos utilizar muchas herramientas de máscaras y selección de colores para aislar y modificar áreas específicas. Esto nos permite realizar ajustes precisos en colores individuales, como oscurecer un cielo o resaltar un objeto en particular. Estos ajustes se pueden lograr con curvas de tono, corrección selectiva de color, ruedas de color y herramientas de clave cromática.

Las curvas de tono permiten ajustar y controlar los rangos de tono de una imagen, como las sombras, los medios tonos y los reflejos. Con las curvas, se pueden realizar ajustes de contraste y correcciones de color más precisas. Los rangos de tono también se utilizan para crear estilos específicos o establecer una atmósfera particular, como una apariencia vintage o de alto contraste.

Finalmente, los coloristas pueden también trabajar con LUTs (Look-Up Tables) para aplicar transformaciones de color predefinidas a las imágenes. Estas LUTs se utilizan para establecer una apariencia inicial o para emular diferentes estilos y películas. 

El manejo esencial de los espacios de color.

Otra cosa no, pero como coloristas debemos tener un profundo conocimiento de los espacios de color y los codecs de archivo utilizados en la industria audiovisual. 

Los espacios de color, como Rec. 709, DCI-P3 y Rec. 2020, definen el rango y la gama de colores disponibles para una imagen. Comprender cómo se manejan estos espacios de color en diferentes etapas del proceso de producción y postproducción es esencial para garantizar una representación precisa y consistente del color en el proyecto final.

También resulta fundamental que el colorista establezca un workflow coherente con el proyecto que esté llevando adelante, es por eso por lo que todo cambiará en función de si trabajamos en ACES, HDR o SDR (y por si te pica la curiosidad, te lo explicamos por aquí).

En cuanto a los formatos de archivo, los coloristas trabajan con archivos en bruto (raw) o archivos grabados en diferentes códecs, como ProRes, DNxHD o H.264. Cada códec tiene sus propias características y limitaciones en cuanto a la calidad de la imagen y la flexibilidad de ajuste del color. Los coloristas deben saber cómo optimizar su flujo de trabajo y trabajar con los formatos de archivo adecuados para mantener la calidad y la integridad del color en todo el proceso.

El calibrado: afinando los ojos del colorista.

El calibrado de monitores es un proceso crucial para garantizar una representación precisa y consistente del color en el trabajo de un colorista. Los monitores no calibrados pueden mostrar colores incorrectos o inexactos, lo que lleva a decisiones erróneas durante la corrección de color. El objetivo del calibrado es ajustar el monitor para que reproduzca los colores de manera confiable y se ajuste a los estándares de la industria.

Para llevar a cabo el calibrado de un monitor, los coloristas utilizan dispositivos de calibración, como colorímetros y espectrofotómetros, que miden y analizan los colores que muestra el monitor. Estos dispositivos se colocan en la pantalla y generan una serie de patrones de colores para medir la respuesta del monitor. Basándose en estas mediciones, se generan perfiles de calibración que se utilizan para ajustar los parámetros del monitor y obtener una reproducción precisa del color.

Después de realizar el calibrado, se generan perfiles de calibración que contienen información sobre la respuesta del monitor y los ajustes realizados. Estos perfiles se utilizan en conjunto con la gestión del color para asegurar que los colores se muestren de manera consistente en diferentes dispositivos y plataformas. Los perfiles de calibración se asignan a los monitores en el software de corrección de color para que las imágenes se vean correctamente en el monitor calibrado.

Workflow del colorista: un orden muy preciso que nos permite crear en libertad.

El flujo de trabajo comienza con la importación del material bruto en DaVinci Resolve. El software permite importar una amplia variedad de formatos de archivo y ofrece opciones para organizar y etiquetar los clips para una fácil navegación. Los coloristas pueden crear carpetas, metadatos y palabras clave para clasificar y acceder rápidamente a los clips durante el proceso de corrección de color.

Una vez que los clips están organizados, los coloristas comienzan con la corrección primaria. Esta etapa implica ajustar los parámetros básicos de cada clip, como el equilibrio de blancos, la exposición, el contraste y la saturación, para lograr una base uniforme en todas las tomas. Esto es lo que se conoce como igualado.

Después de la corrección primaria, los coloristas pasan a la etapa de corrección secundaria. Aquí es donde se realizan ajustes más específicos y selectivos en partes particulares de la imagen. Los coloristas utilizan herramientas de máscaras y selección de colores para aislar áreas específicas y aplicar correcciones de color. Es en esta parte donde se desarrolla el “look” propiamente dicho de la pieza audiovisual.

Es por eso por lo que los coloristas pasan en este punto al grading creativo, donde pueden aplicar su toque artístico y establecer el estilo visual del proyecto. Aquí es donde se ajustan los tonos y colores de la imagen para lograr la atmósfera deseada.

Dentro del proceso de trabajo en DaVinci, el color se estructura en nodos. Los nodos son bloques individuales que representan ajustes y correcciones aplicados a un clip. Estos bloques se pueden enlazar en serie o en paralelo, lo que permite construir estructuras complejas y flexibles. Los coloristas utilizan nodos para realizar correcciones primarias y secundarias, y también para aplicar efectos creativos. La ventaja de trabajar con nodos es que se pueden realizar ajustes y modificaciones en cualquier etapa del proceso sin afectar los nodos anteriores o posteriores.

Una vez que se ha finalizado el proceso de corrección de color, comenzamos el proceso de renderizar el material en el formato y la calidad deseados. DaVinci Resolve proporciona opciones de renderizado flexibles para adaptarse a las necesidades del proyecto, ya sea para cine, televisión, web u otras plataformas de entrega. Los coloristas pueden exportar el material corregido directamente desde DaVinci Resolve o generar archivos intermedios para su posterior procesamiento o postproducción, como es el caso de VFX o la vuelta de nuevo a montaje con clips individuales y una XML.

En definitiva, ser un colorista audiovisual implica utilizar un software especializado, tener conocimientos técnicos profundos y una sensibilidad artística para corregir y manipular el color en proyectos audiovisuales. Es lógico pensar que además, tenemos que tener un dominio de herramientas como DaVinci Resolve y comprender cómo se comportan los diferentes espacios de color y formatos de archivo, así como asegurarnos de calibrar nuestros monitores. Todo ello, garantiza resultados visuales impresionantes y consistentes, cosa que a nuestros clientes les encanta. Pero es que no contentos con ello, colaboramos estrechamente con otros profesionales de la industria como los realizadores y los DoP’s, buscando el consenso entre la técnica audiovisual y las exigencias más severas de agencias publicitarias y productoras.

Vamos, ¡un Cristo!

Sin embargo, eso no nos echa para atrás. Nos pasa justo lo contrario: vemos el reto como una oportunidad de mantenernos alertas y ágiles dentro de la industria y sus tendencias. Al final lo que nos apasiona más allá del color es que nuestro trabajo le da vida a las imágenes que son fruto del trabajo de equipos enteros y eso ¡hay que dignificarlo! Por ello, siempre nos sentimos súper agradecidos por la confianza y el cariño que ponen nuestros clientes al trabajar con nosotros y por ello, no nos queda ya otra que preguntarte: ¿quieres ser uno de ellos? Te esperamos! 😉

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