Te ayudamos a elegir película en tu cuarentena con un repaso por el color en la historia del cine
Una de las preguntas más repetidas estos días – entre tantas que nos pueden surgir – es, ¿qué película veo ahora?
Ante la avalancha de contenido de Netflix, HBO, Movistar, Filmin, Amazon Prime, Sky, etc. es inevitable reconocer que a veces pasamos más tiempo intentando elegir una película que viéndola. Así que vamos a aportar nuestro granito de arena a la cantidad de listas de películas y series que están saliendo estos días, pero cómo no… llevándolo a nuestro terreno, ¡al mundo del color!
Os vamos a desglosar – tanto a nivel objetivo como personal – algunas de las películas más importantes por su uso del color a lo largo de la Hª del Cine. Pero para darle un poco de emoción a la lista, primero os vamos a contar cómo y de qué manera empezó a usarse el color en el cine.
BREVE INTRODUCCIÓN DEL COLOR EN EL CINE
Desde el nacimiento del cine en 1895 el color, de una forma u otra, siempre ha estado presente. Aunque en aquellos momentos no existían negativos capaces de captar color… las mentes pioneras del momento ideaban como colorear esos fotogramas en blanco y negro.

Por ejemplo, a principio de siglo XX, George Méliès o Edwin S. Porter, hacían colorear cada fotograma de la película a mano; y a parte de ser un proceso muy engorroso, no era muy creíble de cara al espectador.

Fue unos años después cuando se pudo ver la primera proyección a color casi real, al empezar a utilizarse el concepto de la síntesis aditiva del color. El procedimiento consistía en superponer tres negativos distintos, cada uno con un filtro correspondiente a un color primario (rojo, verde y azul). Esto supuso el punto de partida para conseguir un color creíble en las proyecciones.
En los años treinta, con la consolidación de empresas como Kodak, Agfa y Technicolor, se consiguieron los avances necesarios para realizar una representación del color real en el cine. Y esto se consiguió gracias a incluir en la ecuación la síntesis sustractiva en el proceso, pues gracias a sus colores primarios (cian, magenta y amarillo) se lograba controlar la intensidad del rojo, el verde y el azul (complementarios a los anteriores).
Sorprendentemente, hasta día de hoy ese ha sido el concepto en el que se ha basado la captación del color en cine: el reconocido modelo RGB. Tanto en celuloide como en digital (sin entrar en detalles técnicos).
USO DEL COLOR Y PELÍCULAS CLAVE
Inicialmente, el objetivo común del color en las primeras películas de los inicios del cine solo era uno: añadir credibilidad a las proyecciones. Pero poco a poco fue cobrando más importancia y empezó a usarse con fines narrativos, como por ejemplo con el entintado, que consistía básicamente en tintar la secuencia en una temperatura de color, y normalmente (no siempre era igual) se usaba de la siguiente manera: color sepia para interiores diurnos; para las escenas nocturnas se usaba verde o azul; y para las escenas exteriores diurnas se mantenía el blanco y negro, neutro y luminoso. De esta manera se solucionaba el problema que suponía rodar todas las secuencias en estudio, puesto que todas tenían la misma iluminación y daba la impresión de que todo transcurría en mismo tiempo y espacio. A continuación vemos el ejemplo de la mítica película del expresionismo alemán El Gabinete de Dr. Caligari.
Transcurridos unos años, llegó la primera película que utilizó el color de una manera totalmente narrativa y artística: El Mago de Oz (Victor Fleming, 1939). En esta película se usó el color por primera vez de una manera que hasta día de hoy se ha repetido una y otra vez: La vida real de la protagonista, Dorothy, está contada en un blanco y negro virado a sepia; mientras que en el mundo de la fantasía de Oz, al que llega a través de sus sueños, está representado en colores muy vivos.
A partir de esta película empezó a usarse más el color… aunque normalmente quedaba reservado para producciones con altos presupuestos, como musicales o western. Tras los años cincuenta, al pasar el bache de la II Guerra Mundial, el color fue cogiendo más importancia en las producciones, y a raíz de eso, se empezó a trabajar más profundamente la dirección de arte y la dirección de fotografía; por ejemplo, en películas como Centauros del Desierto (John Ford, 1956) o Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen & Gene Kelly, 1952).


A parte de musicales y western, también estaban las superproducciones de la época como Vertigo (Alfred Hitchcock, 1958), con un uso muy expresivo del color. En el siguiente vídeo podéis ver un buen análisis realizado Andrew Steffan:
Hasta los años setenta el cine en color y el cine en blanco y negro estuvieron conviviendo, ya que hasta entonces el hecho de usar uno u otro era un tema de presupuesto más que decisión artística. A partir de ahí, cuando el uso del color se democratizó, el uso del blanco y negro pasó a ser decisión artística de directores y directores de fotografía.
Por ejemplo, y acercándonos ya a nuestra época, películas como La Haine (Mathieu Kassovitz, 1995) o Pi, fe en el caos (Darren Aronofsky, 1998) usan un blanco y negro muy contrastado y granulado, lo que da un aspecto duro y violento, incluso claustrofóbico en el caso de Pi. También, películas como Sin City (Robert Rodriguez, Quentin Tarantino y Frank Miller, 2005) usan una mezcla de blanco y negro con algunos elementos a color, para llevar la atención del espectador a dónde ellos quieren.


Para cerrar esta parte y pasar, por fin, a las recomendaciones… os dejamos una pequeña reflexión de un texto de Andrea Echeverri de hace unos años en el que habla sobre color y cine: “El problema subsecuente es que la institucionalización del uso del color neutraliza su valor simbólico, estético y narrativo, y de algún modo el color se hace casi invisible”.
Esta crítica relativamente reciente, es algo que empezó a ocurrir a partir de los años 70 cuando el color se normaliza, lo cual lleva a una cierta acomodación y falta de innovación. Aunque, por suerte, siempre hubo y habrá mentes inquietas innovando y creando en este aspecto.
Por otro lado, la crítica anterior me lleva a pensar lo contrario: ¿se está haciendo hoy en día un uso excesivo y/o desproporcionado del color? Debido al auge de la corrección de color en estos últimos años, a veces podemos pecar de querer crear un cuadro en cada fotograma – a mí al menos, me ha pasado – y eso puede llevarnos a olvidarnos de la historia que se está contando, y sobre todo, de que formamos parte de un proyecto colectivo, con más creadores y con un director, o varios, de orquesta.
Ahí queda mi nota mental.
PELÍCULAS DESTACADAS POR SU USO DEL COLOR
Sin obviar todas las películas nombradas anteriormente, que también formarían parte de las recomendaciones, vamos a nombrar unas cuantas películas que nos han enseñado algo por su uso expresivo del color. Hay infinitas películas de las que se podría aprender algo en este aspecto, pero solo nombraremos unas cuantas elegidas de manera subjetiva, tanto como que son algunas de mis películas favoritas.
Miedo y asco en Las Vegas (Terry Gilliam, 1998) nos traslada la angustia interior de los protagonistas a través de una mezcla psicodélica de colores, a parte de los demás elementos narrativos como encuadres, movimientos de cámara, tipo de lentes, etc.
El Club de la Lucha (David Fincher, 1999). Este director es muy reconocido por su gran implicación en postproducción, ya hablamos sobre ello en nuestro artículo sobre Mindhunter. Pero además, es muy reconocido por el característico look de esta película, usando tonos verdes y azules.
En La novia cadaver (Tim Burton, 2005) el director utiliza colores apagados y desaturados para representar el mundo de los vivos y colores vivos y brillantes para representar el mundo de los muertos.
Enter the Void (Gaspar Noé, 2009): en esta película casi experimental y surrealista que trata muy de cerca el tema de las drogas, entre otros, sólo hay que verla para ver de qué manera el color acompaña a la estresante narrativa.
Only God Forgives (Nicolas Winding Refn, 2013) usa, en este ejemplo concreto, el tono frío cuando el protagonista se siente intimidado y un cálido agresivo cuando es él quién intimida.
Este sería un top five cualquiera, seguramente la semana que viene sería otro… y a la próxima otro. Aún así, no pierdo la oportunidad de – sin entrar en detalles – recomendar otras tantas películas destacadas por su uso del color: La trilogía Tres colores: Azul, Blanco y Rojo (Krzysztof Kieslowski, 1992-1994); Hero (Zhang Yimou, 2002); The Holy Mountain (Alejandro Jodorowsky, 1973); Her (Spike Jonze, 2013); The Royal Tenenbaums (Wes Anderson, 2001); O Brother (Joel y Ethan Coen, 2000), muy destacada por ser la primera película rodada en analógico con un proceso íntegro DI (Digital Intermediate). En este enlace podéis encontrar más información.
Esto sería solo una pequeña muestra de la cantidad de películas en la que se puede apreciar un trabajo minucioso del color. ¿Cuáles son vuestras favoritas? ¡Si os animáis, podemos hacer una continuación del artículo con vuestras aportaciones!
¡Salud y color!