Hoy nos toca hablar de un colorista veterano procedente de Italia que lleva tiempo trabajando en Hollywood: Walter Volpatto, miembro de la CSI y uno de los coloristas más importantes del momento. Y no es de extrañar, su trabajo de color en Green Book ha contribuido a que el film de Peter Farrelly haya ganado el premio a mejor película de los Oscars 2019.
Pero para empezar, un poco de historia. Walter Volpatto originario de Means Po, hijo de campesinos se crió en un pequeño pueblo de unos 500 habitantes de la zona Settimo Torinese.

Volpatto, comenzó su carrera en los estudios de la RAI en Via Verdi, a donde llegó como experto electrónico en señal. Como bien dice él, llegó al lugar correcto en el momento adecuado; pero claro, con las habilidades que se necesitaban en aquellos momentos.
Cuando el sector audiovisual empezó a evolucionar, desarrollando los primeros softwares para manipulación de color, empezó a trabajar en los estudios cinematográficos italianos Cinecittà y, al cabo de unos años, dio el salto a Los Ángeles acabando por trabajar, actualmente, para EFILM.

Muy partidario de las nuevas tecnologías

Para Volpatto, las novedades en cuanto a tecnología, suponían una posibilidad de experimentación aún mayor, por lo que buscaba mantenerse actualizado y atento a las tendencias que han ido surgiendo a lo largo de su carrera.
Una vez en Estados Unidos, esta misma carrera como colorista despegó con fuerza, llevándole a trabajar en películas tan destacadas como Dunkerke, Star Wars: The Last Jedi, Los Odiosos Ocho, Interstellar. E incluso, y pese a su fama de trabajar en largometrajes de elevados presupuestos, también ha coloreado periódicamente series de televisión, como es el caso de Homecoming para Amazon Prime.

Sus proyectos abarcan géneros desde el drama a la acción, comedia y documental, mostrando una estética muy personal caracterizada por la suavidad y el preciosismo.
En Green Book recrea una atmósfera muy particular de los años 60 en EEUU. Sin grandes estridencias, hace un uso clásico del color. Un color envolvente, casi hogareño; como si nos invitara a pasar dentro de las secuencias con su particular naturalismo. Destaca por ejemplo, el preciosismo de los exteriores, cuyo ensalce visual se consigue con una separación bien definida de los tonos de las altas, medios y bajas luces de los planos. Debido a todo esto a Volpatto, es «rifado» por los grandes directores para colorear sus películas.

Para los que formamos Gradepunk es un referente en cuanto a nuestro estilo; tanto por su trabajo como su naturaleza constante y curranta. Un colorista único que ha sabido estar siempre a la vanguardia de la cinematografía. Ofreciendo a directores, posibilidades casi ilimitadas en cuanto a paletas cromáticas y uso del color se refiere. Un colorista atrevido y valiente que se introdujo a través de su esfuerzo en el mercado americano, competitivo y agresivo, y ha sabido bregar contra viento y marea para colocarse a la cabeza de los coloristas a nivel mundial.