Una historia atípica en un entorno idílico.
‘21 Paraíso’ se despliega como la representación visual de una casa en llamas, contando la historia de una pareja en una zona rural que, en plena era moderna, construye su vida alrededor del arriesgado terreno de OnlyFans, entrelazando esta trama con su libertad corporal y emocional. La magia de la interpretación cobra vida gracias al extraordinario trabajo de María Lázaro y Fernando Barona dirigidos por Néstor Ruiz Medina.

Con 21 planos secuencia y una cámara sin video asistencia, que requiere una compenetración entre el Director de Fotografía, Marino Pardo (Folelé – Cruz Cafuné, Quevedo – Donde Quiero Estar) y Nestor Ruiz Medina, basada en la confianza mutua ya que el director no podía visualizar en set lo que se estaba grabando, teniendo como única referencia su propia visión de la interpretación de los actores y una comunicación con el Director de Fotografía.
Así arrancaron con esta propuesta el comienzo de su incursión en el mundo del largometraje de ficción. La película, se presenta para nosotros como una firme candidata a la mejor Dirección Novel, ya reconocida con la mención especial a la mejor Ópera Prima en el Festival rec

Detrás de las cámaras: la crudeza de un filme complejo.
La imperfección y la impureza se engranan con la crudeza del proyecto, que aspira a ser tan orgánico y realista como sea posible. La decisión de no repetir tomas busca maximizar el naturalismo, llevando a intensos ensayos para establecer una conexión genuina entre la cámara y los actores.
La iluminación, totalmente natural, añade otro nivel de complejidad. Solo algunos interiores nocturnos fueron reforzados para resaltar ciertos detalles, mientras que el resto de la película se iluminó de manera diegética. Esta elección exigía una meticulosa planificación y la identificación precisa de espacios y momentos de rodaje. Lo que no ha restado un aura de preciosismo que se mantiene de principio a fin, dando lugar a una poética visual cruda y hermosa, entre lo observacional y lo íntimo, entre la primera y la tercera persona.

En términos de material, estética y color, los exteriores diurnos son suaves, cálidos y vibrantes, representando los momentos más optimistas de la película. Aquí, la conexión con el entorno y la naturaleza se entrelaza con la belleza de la relación, incluso cuando las grietas en la misma se hacen evidentes y los personajes se enfrentan a su propia mutación y por ende, al viraje de su relación, rodeados de parajes y encuadres sobrecogedores.
Contrastando con estos momentos brillantes, la película se sumerge en exteriores nocturnos, horas brujas, amaneceres y anocheceres, explorando el ocaso de la relación y la introspección visual. Estos elementos añaden capas de dureza y soledad sin renunciar a una estética hermosa. Son momentos en los que ya hay poco que decir y simplemente mucho dolor que procesar.
En cuanto a los datos técnicos, la película fue rodada en 16 mm con una SR2 y una óptica Angenieux Zoom 12-120 de montura bayoneta. El negativo KODAK 250D y 500T fue escaneado en 2K en Roma por Augustus Color, resaltando la especial importancia de este proceso para nosotros. La elección del negativo y la cámara no solo definió la estética visual, sino que también presentó desafíos únicos que el equipo de foto y postproducción abordó con maestría, logrando una cohesión visual que resalta la complejidad emocional de la narrativa.

Un futuro prometedor que no nos deja indiferentes.
En esencia, a través de la pantalla, hemos compartido no solo una historia sino también un viaje emocional, explorando la complejidad de las relaciones y desafiando las convenciones. Cada fotograma, cada nota musical y cada línea de diálogo ha sido moldeada con amor y dedicación. Por otra parte, tanto María Lázaro como Fernando Barona, han ejemplificado su talento siendo la chispa que encendió la llama de esta película, póstulandose además, al Premio Actor y Actriz Revelación en la 38º Edición de los Premios Goya 2024.
Al equipo, cada uno de vosotros es una pieza invaluable en este rompecabezas creativo. Vuestra pasión y dedicación han sido la fuerza impulsora detrás de cada escena, y el resultado final es testimonio de vuestro compromiso con la excelencia. Sigamos soñando, creando y explorando nuevas fronteras. El futuro nos espera con infinitas posibilidades, y juntos, somos capaces de tejer historias que trascienden al tiempo.
Con cariño y gratitud,
Gradepunk.